miércoles, julio 13, 2011

No la Lola de Nabokov

Vivo entre dos nombres. El que me dieron mis padres y el que me puse yo.
Y es que fui víctima de la fiebre de nombres con "K" e "Y" que invadió a esa isla del Caribe (a la cual no voy a mencionar) en los años ochenta.
Siempre quise ser una Sofía, Isabel o Victoria. María de los Ángeles incluso.
Poseer un nombre en español, con aire clásico y que no causara tanta confusión al pronunciar o escribir. Y así, ahorrarme todas esas horas perdidas en vanos deletreos.
K  _  _  _  _  A
Ahora, a veces me confundo y no recuerdo cual me habita… el nombre, el apodo, el alias, el seudónimo, o una de mis yo (porque ya no sé ni cuantas somos).