Los parques se inventaron para los veranos
como patio común de los que no tenemos jardín
y pulmón de ciudades hechas de lego.
Allá vienen ellos
con sus canastas de mimbre
cargando alimentos livianos y bebidas gaseosas.
Nunca lleves mantecado a un pasadía
y no olvides el abrebotellas.
Y un libro para simular quehacer
mientras acostada en la grama juegas con los palitos
que se caen de los árboles.
Ahí están ellos sentados en sus mantas;
las de líneas y las de cuadros son las más populares.
Yo distraída observando el chiste de una ardilla
intentando arrastrar un pedazo de pan dos veces su cuerpo,
(y pensaba que solo les gustaban las nueces).
Todos comen partes de animales
pero pretenden ser vegetarianos
llevan las wayfarer puestas
y escuchan a Sufjan Stevens en el ipod.
Las bicicletas están de moda esta temporada
y parece que los perros se tragaron a los niños
porque ahora, hasta hacen compras en el súper.
Yo dejo que unas hormiguitas negras se desvíen
por entre medio de los dedos del pie
para practicar hormigueo.
Arriba las nubes dicen que es hora de regresar
a las cajetillas de cerillos.
Ellos continúan presionando las pantallas de los móviles.
No hay enchufes de corriente en los perímetros.